La capacidad del cuerpo para mantener su plenitud homeostática requiere que los procesos de retroalimentación que hay en todo el cuerpo estén conectados, y que la información que viaja a través de esta red de autopistas de retroalimentación sea fluida y precisa.
Por ejemplo: al conectar un termostato a una caldera, si la temperatura de tú habitación baja del nivel establecido, la señal del termostato encenderá la caldera, y viceversa, y así se mantendrá la temperatura en tu habitación.
El termostato proporciona la retroalimentación; el resultado es la homeostasis entre tu habitación y tú.
Lo que hace que todo esto funcione son las conexiones apropiadas dentro del sistema.
Si desconectas la retroalimentación, la temperatura no se mantendrá.
Esto, en una palabra, es la idea de la conexión de la retroalimentación.
El descubrimiento de que las conexiones de retroalimentación son fundamentales no sólo para la salud y la plenitud fisiológicas, sino para la salud y la plenitud en todos los niveles de la naturaleza.
La conexión de la retroalimentación es fundamental en la plenitud; esto es: energética, física, emocional, mental, social, global y, sí, incluso astrofísica.
«La sabiduría del cuerpo» podía reflejar un principio mayor y universal.
«La sabiduría de un sistema» o más simple, «la sabiduría de la conexión» : cuando las cosas están conectadas, ya sea: 1. el oxígeno al hidrógeno por vínculos químicos en el agua; 2. el cerebro a órganos fisiológicos por mecanismos neurales, hormonales o electromagnéticos del cuerpo; o 3. el sol a la tierra por la gravedad y las influencias electromagnéticas del sistema solar...... y la información y la energía circulan libremente, cualquier sistema tiene la capacidad de sanar, permanecer íntegro, y evolucionar.
Hay cinco aspectos básicos para conseguir la plenitud y la salud : atención, conexión, autorregulación, orden y bienestar.
Paso 1: Atención voluntaria : Esto es tan simple como sentir tu cuerpo, y la energía que fluye dentro de él y entre el medio ambiente y tú.
Paso 2: La atención crea conexión: cuando permites a tú mente, consciente o inconscientemente, experimentar la energía y la información, este proceso promueve conexiones no sólo dentro de tú cuerpo, sino entre tú cuerpo y el medio ambiente.
Paso 3: La conexión conlleva autorregulación.
Como un equipo de atletas o de músicos que consiguen éxitos en el deporte o el jazz, las conexiones dinámicas entre los integrantes permiten que el equipo se organice y se controle (lo que se llama «autorregulación»), con la ayuda de entrenadores y directores.
Paso 4: La autorregulación promueve el orden.
Lo que experimentas como plenitud, éxito, e incluso belleza, refleja un proceso organizador realizado por las conexiones que permiten la autorregulación.
Paso 5: El orden se expresa con bienestar.
Cuando cada cosa está conectada correctamente, y las partes (los integrantes) están autorizadas a cumplir con sus respectivos papeles, el proceso de autorregulación puede ocurrir sin esfuerzo.
El proceso fluye.
También es cierto a la inversa.
Hay cinco pasos básicos para conseguir la desintegración y la enfermedad: desatención, desconexión, desregulación, desorden y enfermedad.
Si desatiendes tú cuerpo (Paso 1), se crea desconexión dentro de tu cuerpo y entre tú cuerpo y el medio ambiente (Paso 2), promoviendo la desregulación del cuerpo (Paso 3), que podría ser medida como desorden del sistema (Paso 4), y experimentada como enfermedad (Paso 5).
En una palabra, la conexión lleva al orden y al bienestar, la desconexión lleva al desorden y la enfermedad.
Estos pasos conectados aparecen en todos los niveles de la vida, desde el energético, a través de mente-cuerpo, al espiritual.
La clave para comprender este nuevo nivel de sanación es el prefijo «re»: reatención, reconexión, re-regulación, reordenamiento sanador.
La energía para sanar existe
Cuando más de 50 personas que nunca se habían conocido pronuncian las mismas palabras exactas y, sin pedirlo, informan de que han sido testigos de las mismas entidades desconocidas...
Bueno, en ese momento parece poco razonable no aceptar el hecho de que algo auténtico está ocurriendo.
Pero qué está ocurriendo exactamente?
En primer lugar, ¿de dónde viene la energía de sanación? ¿Quién la está enviando? ¿Cómo está sucediendo lo que está sucediendo?
Las entidades estaban dispuestas a hablar sobre la mayoría de las cosas, aunque las canalizaciones eran solamente una fuente de información.
Finalmente, descubriría otra fuente de información, que moraba en lo más profundo.
(A veces la valentía está en lo más profundo de ti mismo, confiando en que la saques... pero ésa es otra historia.)
Lo que finalmente se ha llamado la reconexión (nombre sacado de la tercera y cuarta frase canalizadas) no es imaginaria.
Aparte de confiar en las seis frases canalizadas y los seres espirituales de otras dimensiones para la confirmación y las pruebas, la realidad de su existencia se ha demostrado claramente tanto en la práctica como en los laboratorios de ciencia.
La reconexión es el proceso aglutinador de reconectar al universo que permite que la sanación reconectiva tenga lugar.
Estas sanaciones y frecuencias evolutivas son de un nuevo ancho de banda y son traídas a través de un espectro de luz e información que nunca antes ha estado presente sobre la tierra.
A través de la reconexión es como podemos interactuar con estos nuevos niveles de luz e información, y es a través de estos nuevos niveles de luz e información que somos capaces de reconectar.
Ahora ya estás listo para adquirir una idea de qué es este proceso, de dónde viene y cómo funciona.
Bienvenido a algo nuevo.
Esto es diferente.
Esto es real y, de alguna manera, está penetrando en ti.
Afortunadamente, no es necesario contar cuentos chinos sobre el origen o la naturaleza de esta energía.
La sanación reconectiva está firmemente respaldada por las últimas teorías de la física nuclear y cuántica, donde todo lo que los seres humanos hemos mantenido siempre como verdad se da la vuelta, el tiempo fluye hacia atrás, la gravedad se intensifica con la distancia, y materia y energía se debilitan en vibrantes bucles de cuerdas.
Lo que hay más allá
Los seres humanos somos seres inquisitivos.
Queremos saber siempre el «cómo» y el «porqué», incluso cuando las respuestas no nos hacen ningún bien.
Y a menudo no lo hacen.
A menudo «cómo» y «por qué» pueden ser dos preguntas sin importancia.
Aunque desde el comienzo, ahí estaba yo, preguntando justamente eso: «¿Cómo?», «¿por qué?», «¿cómo funciona?», «¿por qué está aquí?», «¿qué está ocurriendo?».
Realmente nunca se recibe una respuesta que nos deje satisfechos.
No todo el mundo es tan insistente en conseguir respuestas.
Algunas personas simplemente no hacen muchas preguntas.
Leen acerca de algo, y se lo creen.
Sus amigos les hablan sobre otra cosa, y creen en eso.
La alta credulidad combinada con lo que se llama «el factor de Lemming» hace funcionar en masa a la gente y saltan de un acantilado de nueva era a otro, buscando las respuestas, ahogándose en un mar de indecisiones.
«Lo que estás haciendo es reconectar las hebras.»
«Lo que estás haciendo es reconectar las cuerdas.»
Como ya se dijo, éstas fueron la tercera y cuarta declaraciones canalizadas por unos cuantos pacientes atendidos.
Por la propia experiencia, sabía qué se referían las «hebras».
Cuando usamos esta energía de sanación, estamos haciendo más que arreglar un problema especial; estamos literalmente reconectando las hebras, hebras de ácido desoxirribonucleico: adn.
El adn es una molécula compleja que consta de dos hebras conectadas en una forma de espiral de doble hélice, como una escalera de mano enroscada.
La ciencia enseña que cada ser humano tiene estas dos hebras en cada molécula de adn de su cuerpo, y esta configuración es la base de nuestro código o impronta genética.
De tales partes diminutas de materia se forma la estructura de nuestros cuerpos, nuestros cerebros, incluso gran parte de nuestra personalidad.
Lo que la ciencia no enseña por lo menos no aún es que en cierto momento, ¡podríamos haber tenido 12 hebras de adn codificando tanta información!
«Reconectar hebras» implica que más que continuar el desarrollo de forma un tanto lineal, la raza humana se beneficiará al rescatar en el tiempo y traer al presente ciertos aspectos de cuando éramos gente más completa.
Esto es parte de lo que está ocurriendo ahora con la reconexión : nos estamos reconectando con quienes fuimos.
«Lo que estás haciendo es reconectar las hebras.»
«Lo que estás haciendo es reconectar las cuerdas.»
Las dos frases querían decir casi lo mismo, ya que algunas personas usaban el término hebras y otras usaban cuerdas, eso es todo, pero analizando bien son dos cosas bien distintas.
Semántica. Entonces aparece un concepto de física cuántica, y entonces ya se entiende sobre lo que las entidades llamaban «cuerdas».
Esa frase no era sobre el adn en absoluto.
Se refería a lo que ocurre simultáneamente (en paralelo) en diferentes planos de existencia: se trataba de física subnuclear.
Se trataba de describir la estructura fundamental del propio universo.
Se refería a la teoría de la cuerda.
Básicamente, «La teoría de la cuerda» es una manera de mirar los componentes básicos de la materia y la energía de tal forma que podría perfectamente aclarar un dilema que ha estado atormentando a los científicos durante décadas : ¡el argumento de que las dos ramas principales de la física no pueden ser ambas verdaderas!
Ésta no es la física que nos hizo sufrir a todos en la escuela.
Ésta es la física que da apoyo y percepción en la vida, en la espiritualidad y en los planos paralelos de la existencia.
Echa un vistazo. Después de todo, la física es lo que define el universo físico en el que vivimos.
La física trata de los objetos dentro de ese universo, las fuerzas que los mantienen juntos, y los secretos que los hacen hacer tictac.
La física trata también de los extremos.
En un extremo de la escala, los principios extraños de la «mecánica cuántica» describen y pronostican el comportamiento de lo sumamente pequeño: los átomos y las partes que los conforman.
En el otro extremo, las dos teorías de la relatividad de Einstein se las arreglan con la inmensidad del propio universo, la velocidad de la luz y la deformación del espacio-tiempo por cuerpos grandes como estrellas, galaxias, y agujeros negros.
Aparte de su belleza abstracta, ambas teorías han demostrado ser herramientas muy poderosas.
La mecánica cuántica llevó al desarrollo del chip de ordenador.
La relatividad dió a los cosmólogos las herramientas para explicar toda clase de actividad extraña (ahí fuera) en la inmensidad del universo.
El problema es, dijeron, que si la física cuántica es cierta, entonces la relatividad tiene que ser falsa, y viceversa.
Cuando tratas de aplicar las reglas que gobiernan un campo a las reglas que gobiernan al otro, dejan de funcionar.
La mecánica cuántica indica que en el nivel subatómico donde la materia y la energía dejan de ser entidades separadas, el universo es tan caótico e imprevisible que se conoce como «espuma cuántica».
Por otro lado, la relatividad solamente trabaja en un universo perfectamente en calma y muy predecible.
Durante décadas, los físicos han estado buscando alguna manera de unificar estas dos potentes teorías en una única teoría de todo.
Ahora parece que podrían haberlo encontrado, con la teoría de la cuerda.
Según este concepto, las «cosas» más diminutas del universo no son las partículas subatómicas de las que todos hemos oído hablar -protones, neutrones, y electrones ni tampoco las partículas más misteriosas que los físicos nucleares manejan habitualmente: quarks, leptones, neutrinos (que, si me lo permites, suenan a cereales de desayuno) y demás.
Parece que las partículas más fundamentales del universo no son realmente partículas.
Se describen más bien como bucles de «cuerda» que vibran a frecuencias específicas.
Estas frecuencias vibratorias determinan la «identidad» de la cuerda, y por lo tanto de qué clase de partículas estará formada: un quark que es parte de un átomo que es parte de una molécula de materia, o una partícula que en última instancia se hará un fotón de energía electromagnética.
Todo depende de la frecuencia de la vibración.
Cuando se ve en ese nivel, la «espuma cuántica» deja de parecer tan irremediablemente caótica.
Bien, eso podría satisfacer a los físicos, ¿pero qué pasa con el resto de nosotros?
Qué significa para nosotros la teoría de la cuerda?
Probablemente ya hayas caído en la cuenta: la teoría de la cuerda propone que la forma y el contenido del universo entero están determinados por las frecuencias vibratorias del núcleo de cada átomo, cada partícula.
Este concepto corrobora la proposición de que, en última instancia, no hay ninguna diferencia entre la materia y la energía.
Todo es uno, y todo es un tipo de música. ¿Suena familiar?
Este concepto ha sido comprendido por los místicos y otros individuos espirituales durante siglos.
Pero hay más. En el diminuto nivel de la teoría de la cuerda, un campo tan pequeño que sólo puede ser descrito a través de matemática sumamente compleja, el universo no es la construcción de cuatro dimensiones que nosotros los humanos estamos acostumbrados percibir y habitar.
Los seres humanos funcionan en un mundo de altura, fondo, anchura, y tiempo.
Eso es todo lo que conocemos.
Pero no es todo lo que hay, ni mucho menos.
Hasta ahora, físicos que trabajan con la teoría de la cuerda están postulando que las cuerdas existen en algún lugar de 7 a 11 dimensiones diferentes simultáneamente.
Finalmente encontrarán 12, algunos ya dicen que hay más.
En el otro extremo de la escala cósmica, los científicos ya tienen pruebas de que algunas partículas no sólo desobedecen el «límite de velocidad cósmico» de Einstein la velocidad de la luz sino que lo exceden enormemente.
Así que, ¿qué significan estas cosas para nosotros a escala humana?
En primer lugar, muestra cuánto tienen que aprender los científicos todavía.
Por otro, ahora sabemos que hay otras dimensiones ahí fuera.
Combina eso con la inestable e imprevisible naturaleza de este universo de acuerdo con la mecánica cuántica, y no sólo tendrás apoyo científico para el concepto de las múltiples dimensiones, sino también universos múltiples (en este caso, universos paralelos, que es la interpretación de lo conocido como muchos mundos).
Quizá existe un número infinito de tales universos, todos tocando al nuestro a nivel de las cuerdas.
Llevado a su conclusión lógica, lo que esto nos dice es que el lugar en el que estás ahora mismo, existe en un número infinito de variaciones, sucediendo todas al mismo tiempo.
En uno de estos universos, estás sentado a solas.
En otro, la habitación está totalmente vacía.
En otro más, está sucediendo una fiesta.
En otras palabras, todas las cosas no son sólo posibles, son también probables en algún universo alternativo.
Hasta ahora, la mayoría de nosotros solamente ha sido consciente del universo que habitamos.
A través de las nuevas frecuencias reconectivas, ahora podemos interactuar con otros niveles o dimensiones... conscientemente.
Éste es nuestro cambio como seres humanos con cinco sentidos a lo que Gary Zukav llama seres humanos multisensoriales, o lo que yo denomino como seres humanos trans-sensoriales, trascendentes sensoriales o «transcendensoriales».
Con esto, podemos ir más allá, o trascender, nuestros cinco sentidos básicos.
Cuando me fueron canalizadas las seis frases, ¿quién estaba enviando estos mensajes?
Obviamente no fueron creadas por la persona que estaba hablando y evidentemente nadie más era visible en la habitación.
Así que era quizá alguien de uno de esos planos de existencia que ocurren simultáneamente; alguien que comprendía cómo cruzar de un plano a otro y presentarse a sí mismo en una habitación en nuestro mundo.
Prestar atención
Los problemas significativos que tenemos no se pueden resolver en el mismo nivel de pensamiento en el que los creamos.
Albert Einstein solía pensar que las personas se dividían en uno de estos tres grupos: aquellos que no confían en nada más allá de sus cinco sentidos básicos, aquellos que están abiertos a la posibilidad de que podría haber algo más allá de esos sentidos, y aquellos que definitivamente creen que hay algo más.
Ven a los mismos ángeles, los mismos seres, los mismos guías, los mismos... como quieras llamarlos.
Qué significa que personas desconocidos entre sí huelan las mismas fragancias, vean los mismos colores y formas, y sientan las mismas sensaciones?
No hay manera de que estas manifestaciones puedan repetirse con tal exactitud a menos que existan en realidad en algún lugar, y las diferentes personas estén percibiéndolas, trascendiendo sus cinco sentidos básicos.
En otras palabras, parece claro que estos individuos están en contacto con al menos un universo alternativo, diferente del nuestro pero unido a él en la espuma cuántica.
Dos universos, tres universos, más universos relacionados entre sí y a todos los demás universos posibles... por las cuerdas vibratorias que están en el núcleo de todo.
Trans-sensoriales o transcendensoriales Trans significa «al otro lado de, en el otro lado, más allá».
También significa «a través de» y «cambio».
Trascender significa «pasar más allá» (un límite humano); «existir sobre e independiente de (la experiencia material o el universo); y «sobreponer o sobrepasar, superar».
Y sensorial significa «de o relativo a los sentidos».
Trans-sensorial, trascendente sensorial, o lo que muchos apodan transcendensorial, es el proceso o habilidad de ir más allá de nuestros cinco sentidos básicos.
Aunque nuestra interpretación y descripción de estas experiencias a menudo dependen de palabras familiares que representan nuestros sentidos básicos, la experiencia en sí no es lo mismo.
Relatamos nuestras experiencias con nuestros sentidos limitados aquí sobre la tierra, porque es todo lo que conocemos... hasta ahora.
De repente, cuando nosotros, como sanadores, trabajamos con alguien, no sólo sentimos el viento en nuestras manos cuando la habitación está tranquila o burbujas o destellos o un tira y afloja magnético traemos a otros a un lugar en el que ellos, también, están interactuando con otra dimensión.
No sólo somos nosotros los que hacemos la transición, sino que ayudamos a otros en su transición a seres humanos trans-sensoriales, o transcenden-soriales.
Los estamos llevando al otro lado de o más allá de sus sentidos básicos.
Los estamos guiando a través de y dentro del cambio.
Pero más aún, les estamos ayudando para que se desarrollen más allá de su límite humano, para existir por encima de e independientemente de la experiencia material.
«Lo que estás haciendo es reconectar las cuerdas.»
Cuerdas.
Qué pequeña palabra graciosa para algo que está modificando tan dramáticamente nuestra perspectiva sobre la realidad!
Qué quiere decir «estar en sintonía» con una frecuencia o vibración?
Para empezar, ¿qué se quiere decir al hablar de «frecuencias» y «vibraciones»?
Estos términos aparecen continuamente en los textos espirituales, especialmente en los que escriben autores contemporáneos de la Nueva Era.
Pero es muy raro encontrarlos definidos con claridad. ¿Hay que aceptar sin más que significan algo determinado?
Aquellos que están muy influidos por el lado izquierdo del cerebro podrían sentirse inclinados a aceptar ciertas definiciones sin pruebas; pero quizá eso es inaceptable.
Los que usan el lado derecho de su cerebro disfrutan de la libertad y la flexibilidad del concepto.
Cuando uno trasciende sus cinco sentidos básicos, aprende a comunicarse mediante conceptos y acepta el hecho de que algunos de ellos no pueden definirse con nuestras palabras.
Nuestra dimensión limita nuestro lenguaje.
Queremos que esas palabras o, para ser más preciso, las cosas a las que se refieren esas palabras, signifiquen algo específico.
Sea cual sea su significado intuitivo, muchos piensan que deben tener un significado claramente definido para que a alguien le resulten útiles.
Desean ser capaces de compartir sus experiencias en este lugar que conocemos como «mundo real» mediante palabras.
Por eso quieren que los significados de esas palabras sean igual de «reales».
Comencemos por lo que dicen los diccionarios.
Sintonizar es «ajustarse a; entrar en armonía con; establecer una relación armónica o receptiva». Vibrar es «moverse de lado a lado».
En el campo científico, energía es «la capacidad de un sistema físico para producir trabajo»; y frecuencia «el número de veces que algo (independientemente de qué sea lo que se esté midiendo) sucede en un período de tiempo dado».
Y ahora veamos qué significan esas palabras para mí.
Energía y espíritu
En primer lugar, permíteme puntualizar que en realidad a la palabra energía no le doy la menor importancia en lo que respecta al trabajo de sa-nación.
Para empezar, me resulta un término muy frío y mecánico.
Otra razón es que generalmente se piensa que la energía se debilita con la distancia.
Las frecuencias de este continuo de reconexión no se hacen más débiles con la distancia.
Y es así porque las sanaciones y transformaciones ocurren por medio de un intercambio de información «luz e información», para ser exacto-.
Aunque estas sanaciones se pueden transmitir en forma de energía, el componente energético de la información constituye solamente uno de los medios de transporte.
Una analogía sencilla es susurrar.
Al susurrar se utiliza mucha menos energía que al gritar, pero en condiciones adecuadas se proporciona la misma información o más.
En cualquier caso, no estamos hablando sobre el uso de la energía per se, sino sobre la transferencia de información.
En otras palabras, la transmisión de la información no depende de la cantidad de energía que la transporta.
Por eso, la sanación reconectiva se sale del ámbito de cualquier forma de sanación energética.
La sanación reconectiva está mucho mejor ubicada dentro del campo de la sanación a través del espíritu o la espiritualidad.
Pero a la expresión sanación espiritual tampoco le doy la menor importancia, porque, aunque en su sentido más estricto está estrechamente relacionada con lo que hacemos, hoy en día no supone más que un platillo de colecta que se va pasando de mano en mano y gente a la que se golpea en la frente y cae hacia atrás siguiendo el reglamento.
Por tanto, esta expresión tampoco vale.
Por lo que sé hasta ahora, la mejor manera de definir lo que está ocurriendo es «intercambio de comunicación/información espiritual».
El gran cambio
Cómo es posible que de repente haya «nuevas» frecuencias en el planeta?
O, por decirlo con más propiedad, ¿cómo puede ser que haya frecuencias nuevas en el planeta si las frecuencias en sí mismas forman parte de este universo en permanente evolución?
Tal y como yo lo veo, la aparición repentina en la Tierra de esas frecuencias parece que tiene que ver con la forma en la que el tiempo está cambiando.
Si has prestado alguna atención, probablemente te hayas dado cuenta de que parece que el tiempo está avanzando más rápido.
No en el sentido en el que nuestros abuelos dirían: «Según te haces viejo, parece que los veranos llegan más rápido». Se trata de algo diferente.
El tiempo no solamente avanza más deprisa, sino que hacemos más cosas en lo que en apariencia es el mismo lapso de tiempo.
Puede parecer una contradicción; si el tiempo estuviera avanzando más deprisa, lo esperable sería que tuviéramos menos tiempo para hacer las cosas, ¿verdad?
Y aún así, lo contrario es cierto.
Es como si cada unidad de tiempo se retardara, de modo que durante ella podemos hacer más cosas; y aún así, globalmente parece que el tiempo avanza más rápido.
Esto recuerda la naturaleza contradictoria de la física cuántica y la relatividad. Las dos cosas no pueden ser ciertas a la vez, y sin embargo, a cierto nivel, lo son.
Tiempo, energía, masa... todo ello está interconectado. Es lo que significa relatividad.
Si algo se mueve más rápido, disminuye su masa y su marco temporal se hace más lento. Por tanto, si el tiempo está acelerando, las frecuencias que subyacen en todas las dimensiones de nuestro universo también deben de estar cambiando.
Si buscas evidencias, basta con que te fijes en todos los cambios que se dieron durante las dos últimas décadas del siglo xx.
Hace quince años, podrías no haber tenido interés en leer este libro. Hace siete años yo no lo habría escrito. Fíjate en la gente que conoces bien desde hace tiempo. ¿
Te has dado cuenta de que si les empiezas a hablar de asuntos espirituales y conceptos como «cambios», no sólo están más receptivos y abiertos de lo que podías prever, sino que muchos de ellos reconocen que han estado pensando sobre estas cosas durante bastante tiempo en la quietud de su mente?
Metafísicos en secreto.
Y sólo unos años atrás, algunos de ellos te habrían mirado de una manera más que extraña sencillamente por plantear semejantes temas.
A lo largo de los últimos diez o veinte años, se ha hecho un énfasis claro sobre temas espirituales: películas acerca de ángeles, vida después de la muerte, cambios en los paradigmas, dimensiones paralelas, habilidades psíquicas... y, sí, sanadores.
La cosa no se queda ahí: no se puede poner la televisión sin que haya más de lo mismo.
Los efectos de estos cambios también se aprecian claramente a otros niveles.
Seguramente te has dado cuenta de que muchas personas, conscientemente o no, están optando por dejar el planeta en esta época a través de enfermedades relacionadas con el SIDA, el cáncer y otras enfermedades terminales.
Otros, como tú mismo, han elegido quedarse y ayudar durante la transición a las nuevas vibraciones más altas.
A esta transición se la llama de diferentes modos.
Gregg Braden usa dos expresiones: «el Cambio» y «el Cambio de Era».
Los mayas, los incas, los hopis, Nostradamus, Edgar Cayce y la Cabala (judía y cristiana) predijeron la transición.
Braden define este cambio en Walking Between the Worlds como...una época en la historia de la tierra y a la vez una vivencia de la conciencia humana.
El Cambio, caracterizado por la convergencia entre la disminución del magnetismo planetario y el aumento de la frecuencia planetaria en un momento dado, constituye una oportunidad excepcional para remodelar colectivamente la expresión de la conciencia humana.
El Cambio es el término que se aplica al proceso según el cual la tierra se acelera a través del transcurso de cambios evolutivos, con la especie humana voluntariamente conectada a los campos electromagnéticos terrestres, persiguiendo adaptarse a través de un proceso de cambio celular.
Todas estas predicciones debieran tomarse necesariamente como seguras.
Manten un saludable y objetivo grado de escepticismo.
Mucho de lo que se escribe puede retorcerse e interpretarse para que se ajuste a los intereses del intérprete.
Sin embargo, cuando parece que tantas fuentes fiables dicen lo mismo y predicen un mismo momento para que ocurra el cambio, puede que la mejor respuesta no sea esconder la cabeza en la tierra como un avestruz.
Semejantes predicciones no surgen de la nada.
Tanta confirmación sirve de prueba para el muy verosímil concepto de una Inteligencia Universal con la que algunas personas -las que se permiten ser suficientemente abiertas pueden conectarse fácilmente.
Edgar Cayce, Nostradamus y otros nos pusieron esta información delante.
El cambio ha llegado ahora.
Casi podría decirse que hay que hacer un esfuerzo para no verlo.
Me alegro de no haber leído ni oído nada acerca de este cambio antes de percibirlo por mí mismo.
Si hubiera sido así, puede que nunca hubiera tenido la certeza de que no estaba simplemente imaginándome cosas como una reacción anticipada.
Identificarlo por mí mismo del mismo modo que tú lo has hecho o estás ahora por hacerlo y ya más tarde encontrarlo en los escritos de sabios, me sirvió de verificación.
Constató la autenticidad de lo que ahora estamos descubriendo, de lo que ahora estamos reconociendo y fué la confirmación que necesitaba para poder aceptar que se trataba de algo real y seguir adelante.
La verdadera naturaleza de la sanación
La mayoría de la gente, cuando piensa en «sanar», se centra en la idea de alguien que sufre una dolencia o lesión y «se pone mejor».
Pero, ¿qué significa «ponerse mejor»? ¿Mejor que qué? ¿Mejor de lo que estaba en algún momento de su pasado?
Mejor de lo que está otra persona?
«Ponerse mejor» es una definición muy pobre respecto a sanar.
Pensar así nos priva de nuestro derecho básico a estar en comunión directa con Dios/Amor/Universo; y por tanto de ser seres autosuficientes, autosanadores.
Curar, tal y como se suele pensar, puede consistir perfectamente en aliviar síntomas, enfermedades, achaques y otras molestias que impiden el funcionamiento total.
Pero sanar es también devolverle a la persona su integridad espiritual.
En esencia, sanar consiste en la liberación o eliminación de un bloqueo o interferencia que nos ha mantenido apartados de la perfección del universo.
Además, sanar tiene que ver con nuestra evolución e incluye también la reestructuración evolutiva del adn y nuestra reconexión con el universo a un nivel nuevo.
Por qué «RE-conexión»?
Todos los que existimos tenemos limitaciones.
Como demuestra la historia, la humanidad en conjunto lleva mucho tiempo desconectada de las líneas de energía que nos permiten estar en armonía con nuestro propio cuerpo; con los campos de energía de los que están a nuestro alrededor; con las líneas ley de nuestro planeta; y, partiendo de eso, con la cuadrícula energética del universo entero.
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